SE VENDE 2
"Hop, hop, hop..."
Unos pequeños caballos blancos iluminados desde el interior son el centro de la instalación y de la atención, evocando recuerdos y ganas de subir. Esos caballos que anteriormente fueron juguetes, y que ahora son como lámparas, juegan con la idea de la canción que un adulto canta mientras un niño sentado en sus rodilla goza del movimiento de la pierna que imita el galope equino: hop, hop, hop, caballito, hop...
¿Será siempre la intención del adulto entretener al niño?
Jorge Wittwer
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