SE VENDE 1
Se Vende
¿Instalando o Energizando Antofagasta?
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Si seguimos el antiguo trazado del tren por Antofagasta, estaremos en Av. Argentina. En el trayecto pasaremos por unas viejas casonas, hoy abandonadas y a la venta, esperando una suculenta propuesta inmobiliaria que las derribe. Estas casonas de madera, caña, barro y calaminas estaban orientadas hacia la frondosa vegetación de la festiva Quinta Casale, que les entregaba a estas viviendas palaciegas una particular connotación en este desvalido ambiente desértico. Al detenerse en esta vía, en abril del 2004, nos encontramos con una efímera ocupación, seis artistas de la escena antofagastina, han transformado y energizado el espacio doméstico de una de las viejas casas de alta sociedad. Esta casa abierta a la mirada intrusiva, ha permitido que en sus habitaciones se instalen estos jóvenes artistas: Manuel Ossandón, Dagmara Wyskiel, Jorge Wittwer, Luis Núñez, Loreto Bolados, y Alejandro García.
Alguien grita: ¡Esta todo dicho sobre el arte!
¿Perdón? ¿Alguien ha construido espacios para sentir las energías de la ciudad de Antofagasta?
¿Quién lo ha hecho? ¡Mejor hablemos de estas nuevas invocaciones!
Ossandón volumétrico, recupera la rigidez del cuerpo sobre el suelo como camino hacia la trascendencia. Su instalación-tumba, manifiesto en la tina rebosada de flores secas, con un monitor parpadeando imágenes, construyendo un eje tiránico: puertatumba-ventana, ordenando con el ritmo de un funeral deshidratado, metálico, y corroído.
Wyskiel tensión, fuerza un cuerpo que construye su estela tratando de liberase a través de una ventana-abertura, un escena fotográfica, de estudio, donde un pasillo corta fuego, resulta ser el mejor escape de una acción emergente de sus figuras de
pieles corpóreas.
Wittwer doméstico, recupera la esencia del patio, se remite a la esencia del tendedero, de esas construcciones efímeras de todas las viviendas, de esas maravillosas tramas de colores de ropas tendidas y suspendidas que construyen cielo. Espacio doméstico de Latinoamérica, ordenados por cuerpos momificados que cuelgan, renovando, orientando, reciclando la vida de esta sociedad que se ha lavado y tendido en Antofagasta.
Núñez temporal, llena su habitación con las ramificaciones de su acción sobre el tiempo, oculta la vivienda, para sostenerse en su terrible necesidad cronométrica de parálisis de la acción. De un columpio, de la expansión de un árbol en una casa, de su necesidad de centro espacial, de tramas espaciales, que construyen profundidades y proximidades.
Bolados óptica, borra los encuentros, las aristas, emerge la superficie, experiencia difícil de enfocar, espacio de luces difusas, experiencia de la nube, del un cuerpo desnudado por la blancura de la bruma, encerrados en su sublime blancura. El recuerdo como imagen pendido desde los muros blancos, tratan de estabilizar la instalación, que resulta pura superficie, continuidad de blancos obsesivos.
García intimo, el sexto, invadió el área de la privacidad, los baños, y configuró su prólogo sobre los artistas. Experiencia contemporánea de video-instalación, hipnótica y deseable como las instalaciones energéticas de Se Vende.
¿Qué entrega esta instalación? ¡Pura experiencia energética antofagastina!
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Claudio Galeno
Arquitecto UCN / Antofagasta,
Historiador de Arte, Arquitectura y Ciudad UPC / Barcelona.
portada del catálogo
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